“Ser o no ser”. La célebre frase que escribió William Shakespeare en su obra maestra “Hamlet” sigue vigente hoy, a 450 años del nacimiento del dramaturgo más famoso de las letras británicas. Pero no sólo por su pluma todavía hoy es un indispensable: es que Shakespeare hablaba de cosas universales. “Apenas hay alguien, ni en el extremo más meridional de Sudamérica ni en la estepa siberiana, que no sepa algo sobre Shakespeare”, afirma Dominic Dromgoogle, intendente del famoso teatro Globe de Londres, citado por la agencia DPA.
William Shakespeare nació el 23 de abril de 1564 en la pequeña ciudad de Stratford-upon-Avon, en el corazón de Inglaterra, en el seno de una familia burguesa. A lo largo de su trayectoria compuso más de un centenar de sonetos y decenas de obras teatrales y ya en vida era tan famoso que la reina Isabel I lo invitó personalmente a organizar una representación para ella. De su pluma salían desde comedias como “Sueño de una noche de verano” o “Como les guste”, a tragedias más complicadas de digerir como “Macbeth” o “Julio César”. Pero lo que hizo de Shakespeare único para su época fue que no sólo se centró en su entorno más próximo en Stratford o Inglaterra, sino que escribió “sobre lo que significa ser una persona”, señala Ben Crystal, editor de varias obras sobre el autor.
“Cuando Otelo casi se consume por los celos, Romeo y Julieta experimentan por primera vez qué es el amor verdadero o Hamlet reflexiona con lo que sucede cuando morimos, todos podemos sentirnos identificados”, añade Crystal. “He visto producciones fantásticas de obras de Shakespeare en numerosos idiomas y se adaptan perfectamente a sus culturas”, añadió.